miércoles, 29 de octubre de 2008

¿ESTÁ LA IZQUIERDA? ¿SE LE ESPERA?

No estoy pensando en la máxima del pensamiento de leninista de agudizar las tensiones para que sobrevenga la revolución. Pero sí que la izquierda tiene que salir rearmada ideológica y políticamente de esta crisis.

Llevamos años dormidos. Afganistán, Irak(I), Irak (II), la Globalización neoliberal, la crisis financiera. Ocasiones que en otras épocas hubieran sido acicates para que la sociedad hubiera virado definitivamente hacia la izquierda. Y los líderes de la izquierda se limitan a proponer medidas que en nada se diferencian de los que están proponiendo líderes conservadores, que desde luego no atienden a la causa sino a mitigar los efectos, sin consecuencias para las causas y los causantes del fenómeno. Hay un escasísimo debate ideológico sobre qué hacer ante esta crisis. No se habla de la propiedad de los medios de producción en este comienzo de siglo, del valor de la competencia, de la regulación económica, el medio ambiente es más una excusa que un argumento de valor. Se está proporcionando un valor al nacionalismo que desde luego es desconocido en la tradición de la izquierda. Sólo ciertos derechos encuentran su reconocimiento -y aquí sí el PSOE, IU, ERC, el BNG y CHA han estado a buen nivel- aunque al mismo tiempo se considera que 65 horas de trabajo semanal son un avance. El debate, sencillamente, se plantea en términos de ciertos elementos democráticos -educación para la ciudadanía, laicidad del Estado...- pero que en nada afectan a la economía.

El PSOE desde luego no está proponiendo un debate de altura ni de bajura -sencillamente malgobierna la crisis-. Realmente me sorprende la poca política que hace el PSOE, metido en un debate absurdo con el PP que no lleva a ningún sitio. A la derecha se le gana en un terreno distinto, haciendo política de izquierda, planteando propuestas, abordando problemas, intentando cambiar el mundo, no discutiendo sobre las tonterías que plantea el PP en sus preguntas semanales que lo único que hacen es impedir que se gobierno. ¡POLITICA, POLÍTICA DE IZQUIERDAS!

El debate impositivo, por ejemplo. Una aplicación efectiva de la política social. Avanzar de verdad en la separación entre la iglesia y el Estado, con símbolos -fuera cruces en las tomas de posesión- y con realidades -eliminar las subvenciones a la iglesia o quitar la clase de religión dentro del horario académico-. Redistribución de la riqueza, sí, con todas las letras, a través de política de gravamen de rentas, de capitales y de fortunas. Pero no se hace política, se gestiona para conseguir microcosas, y con eso se deja que la derecha, la económica, la ideológica, la cultural, avance. Porque encima hay que reconocer que tienen capacidad de comunicación, a diferencia de este gobierno, que no sabe hacerlo. Reconozco que el papel de la Vicepresidenta Fernandez de la Vega cada vez me inquieta más, con su capacidad de cortar las iniciativas de los pocos ministros que la tienen. Aunque hay que reconocer que políticos en ese gobierno son pocos, demasiado pocos. Y algunos -incluso los que de política nada- más vale que estuvieran calladitos... o que dimitieran o se les cesara. Y no me hagan dar nombres.

Izquierda Unida está pensando en cómo se puede seguir mirando el ombligo, en su debate cainita de siempre que nos deja sin la izquierda real. Otro día hablaré de IU porque merece un capítulo aparte, sobre todo ahora que viene la Asamblea Federal que puede o sacarla adelante o dictar su sentencia de muerte real para ir a algún sitio, porque a algún sitio tendrá que ir. A lo mejor hay que empezar a mirar en el espejo catalán de ICV.

ERC está metido en un debate identitario que aleja de lo que debe ser un partido de izquierda. De hecho, la izquierda a la izquierda del PSOE está perdida en problemas de nacionalismos que no acabo de entender.

En Italia, la izquierda es cada vez menos rossa -aunque haya que dar un voto de confianza a la refundación de Rifodazione-, el PCF y el PS están en horas bajas en Francia, después del fracaso de Royal ante Sarkozy. Si acaso Lafontaine en Alemania y su PDS está a la altura de los problemas, ya que el SPD no hace precisamente honor a su nombre gobernando con la derecha más dura, esto es Angela Merkel. En este punto uno vuelve los ojos de vez en cuando a América Latina porque poco de lo que se hace está allá.

Aparecen como personajes progresistas sujetos como Barak Obama -que desde luego ni es socialista ni socialdemócrata y como mucho socioliberal, o sea como mucho de centro... y recuerdo lo que decía Guerra sobre el centro-. Desde el pensamiento progresista oficial se da cancha a individuos como Stiglitz que no están precisamente abrazando el marxismo.

Mientras, la derecha se rearma constantemente desde un punto de vista económico, favorecido por una crisis económica que está favoreciendo las grandes concentraciones de capital. Y no digamos desde una perspectiva ideológica, con un discurso que cada vez está más cerca del fascismo, atacando de mala manera los pocos avances en derechos que se han producido en los últimos tiempos. Y, en ello, la confusión reinante entre el fondo y la forma, con la sobreactuación de algunos líderes sirve como coartada para hurtar todo debate. Y mientras éste no se produzca, la izquierda sigue a dos velas.

Y la pregunta que me permito plantear es ¿HASTA CUANDO? no vamos a tener en décadas una ocasión como la actual.

No hay comentarios: